
Si, claro que puedo.
Y, como siempre, a ti no te importará nada. Podré reirme a carcajadas que ni te inmutarás, podré llorar también, que ni te inmutarás.
No tengo nada que perdonarte, realmente tengo que perdonarme a mi misma. Tengo que perdonarme por no ser capaz a odiarte nunca, por que me llegaras a importar más que yo misma.
Lo bueno de todo esto es que ya me da igual que no te inmutes. Me costó entenderlo, pero no es justo esperar y estar pendiente de un recuerdo.
O de un falso recuerdo, dudo que alguna vez fueras como yo pensaba.
Duerman bien.
Eva RF