Madurar es CONFORMARSE.

lunes, 31 de agosto de 2009

Si hay algo que no me gustan son los consejos. No sé darlos, y detesto recibirlos.

¿Por qué? No sé ponerme en el lugar del otro porque dudo que nadie sepa ponerse en el mío. Prefiero equivocarme fiel a mi decisión, que acertar con la decisión de otra persona. Prefiero ver que me he equivocado, a que me hagan ver que me voy a equivocar.

Y esto no quiere decir que no me gusten las distintas opiniones, me encanta escucharlas y compararlas. ¡Lo aburrido que sería que todos pensasemos igual! Pero como no soy política, no intento convencer a nadie de que mi opinión es una verdad universal, por ello, que nadie lo intente conmigo.

Que para verdades universales ya está la ciencia, o eso dicen.

Y si los consejos gratuitos del vecino de enfrente al que le importas un pepino como: "deberías tomar más el sol, que se te ve muy blanca" los tiro directamente a la basura, hay otros que me los guardo, un poquito.

Quizás no en la cabeza y quizás no el contenido, puede que más bien en el corazón, por la intención.
Seguramente porque precisamente las voces de esos consejos, son las que menos me echarían en cara no seguirlos.
Las que me apoyarían aunque no estuvieran de acuerdo, las que nunca me recriminarían con un "te lo dije" y las que más se entristecerían con mi equivocación.


Y me alegro de saber bien quienes son esas voces.
Y me alegro de que ellas sepan quienes son.





(Ahora es cuando yo lo remato poniendo fotos y nombres, peeeeeeeeeero...no, majos, no.)

sábado, 22 de agosto de 2009

Suerte.


Siempre he pensado que no le caía demasiado bien a la suerte. Bueno, a la mala un poco mejor. Debe ser como venganza por no haber confiado mucho en ella. Supongo que por llevar la contraria a alguien que me dijo con demasiado aire de superioridad "tengo fe ciega en mi suerte" (subidón resultante de sus tres victorias seguidas en el jueguecito de los barcos).


Y así es, me pasé toda una vida desconfiando de la suerte. Demasiado ego para asociarle mis triunfos, y demasiado masoquismo depresivo para echarle la culpa de mis cagadas.

Mucho tiempo con mi suerte oculta, o eso pensaba yo.

Porque con todos los años que lleva el mundo existiendo, todos los lugares en los que podriamos haber nacido y todas las personas que existen...¿no es una suerte que tu y yo nos hayamos encontrado?


Quizás no gane a los barcos, ni consigo sacar piedra cuando alguien saque tijera, ni pueda evitar tropezar cada cinco pasos, pero creo que tengo la suerte más grande del mundo.



Me voy una semana de vacaciones a Tenerife, a ver si mi suerte se vuelve a portar bien y a la vuelta no sigo pareciendo Michael Jackson.

Sed buenos.

lunes, 10 de agosto de 2009


He vuelto viva.
(y sin resaca)

viernes, 7 de agosto de 2009

Oviedo/Gijón


Me voy a Oviedo a despejar de esto. Y a Gijón después a despejar de Oviedo.
Sed buenos.


Y si, me voy con el imbécil de la foto, que me cae fatal y al que sólo le tengo cariño a partir de las 3 de la mañana, mínimo.









Esto de poner Telecinco a las doce y media de la mañana (Hombres y Mujeres y viceversa, o como se llame) es muy peligroso. Te das cuenta de lo bajo que puede caer el ser humano, y lo que es peor, sentirse orgulloso de protagonizar un programa tan patético.

jueves, 6 de agosto de 2009

Miedo.

Miedo a continuar. Miedo a parar. Miedo al fracaso. Miedo al cambio. Miedo a la continuidad. Miedo al aburrimiento. Miedo al desprecio. Miedo al conformismo. Miedo a los sueños. Miedo a la realidad. Miedo a los atajos. Miedo a la velocidad. Miedo a sobrevivir. Miedo a saltar. Miedo al pasado. Miedo al futuro. Miedo a la soledad. Miedo a las despedidas. Miedo a los reencuentros. Miedo a caer. Miedo a querer y no poder. Miedo a poder y no querer.


Miedo a mi misma,
miedo al miedo.


Pero he aprendido que ser valiente no es no tener miedo. Es aprender a ignorarlo.




Os dejo un regalito...






lunes, 3 de agosto de 2009

Hoy por ayer.

Esto de estar enamorado es como tocar fondo, cuando crees que has llegado a un tope, sigues, y sigues y sigues...


(Tengo esto un poco descuidado, pero volveré)