Hoy me desperté y no me encontraba. Busqué debajo de la cama, por los armarios, incluso dentro de la nevera, pero no había forma de hacerme aparecer. Probé incluso a llamarme, grité mi nombre fuerte, pero ni por esas lograba hacerme volver. Desistí.
De repente me vi, de lejos, de forma difuminada. Parecía feliz. parecía incluso más feliz de lo que nunca había estado. Pensé que quizás allí estuviera bien, que no era necesario hacerme volver, podría estar viendome así eternamente.
Entonces supe que me había encontrado, era antes cuando estaba perdida.